Dentro de la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social, en Honduras, 767 mujeres cumplen sentencias, y de estás, 415 están siendo sentenciadas por delitos como extorsión y tráfico de drogas.

Para estas mujeres, la esperanza no está perdida. Inés Zablah, presidenta de la Fundación Solidaridad, ha sido un faro de luz en medio de la oscuridad de la prisión. A través de programas de rehabilitación, reeducación y asesoría legal, la fundación ha proporcionado a estas mujeres una oportunidad de cambio.

"Sólo pienso que Dios sea misericordioso, como ha sido con un montón de compañeras, y yo pueda salir y volverme a integrar a la familia e integrarme a la sociedad", comparte Yeny Alemán, una de las privadas de libertad.

La Fundación Solidaridad no solo ofrece apoyo emocional y legal, sino también oportunidades tangibles de aprendizaje. Desde el año 2010, la fundación ha capacitado a más de mil mujeres en la penitenciaría, brindándoles talleres prácticos en cocina y panadería. Estas habilidades no solo les ofrecen una salida laboral al salir de prisión, sino que también les proporcionan un sentido de dignidad y autoestima.

Además de aprender un oficio, las reclusas reciben asesoramiento legal para entender y seguir el proceso de sus casos. Gracias a este apoyo integral, siete mujeres han recuperado su libertad hasta ahora. Paola López es una de ellas. "Tengo mi propio trabajo, con cosas que realmente nos han enseñado acá y sí, realmente me ha ayudado mucho, llevo una vida tranquila", afirma con gratitud.

El impacto positivo de la Fundación Solidaridad se extiende más allá de las paredes de la prisión. El subdirector nacional de Gestión Penitenciaria, Héctor Fajardo, reconoce la importancia de esta labor en los procesos de rehabilitación.

Para el presente año, la fundación tiene planes de expandir sus talleres a áreas como la pintura y la fabricación de velas, ofreciendo a las mujeres aún más oportunidades de crecimiento y reinserción social.

La labor de la Fundación Solidaridad es un ejemplo de cómo el apoyo comunitario puede cambiar vidas y transformar realidades. A través de su compromiso con la rehabilitación y la reinserción, están construyendo un futuro más brillante para las mujeres en prisión y para la sociedad en su conjunto.

Cualquier ayuda o donación, ya sea dentro o fuera de Honduras, lo puede hacer a través de la cuenta de Fundación Solidaridad de Banco Cuscatlán, cuenta de cheque 11 11 90 00 16 95 o al número telefónico 33 90 38 56.

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