El Templo Rosalila, ubicado en Copán, Honduras, está recibiendo la ayuda de restauradores y expertos que pretenden mejorar la conservación y evitar el deterioro de esta arquitectura histórica de la civilización Maya.

En ese sentido, la doctora en arqueología, Alejandra Alonzo, aseguró que la fachada este del Templo Rosalila es uno de los más deteriorados y que debía ser intervenida de forma inmediata para lograr su mantenimiento.

Entre tanto, lograr la estabilidad física y química de los componentes originales de los elementos decorativos, evaluar las diferentes intervenciones históricas practicadas sobre la fachada y valorar si estaban en buen estado o perjudicaban el estado de conservación, son algunos de los objetivos que se pretenden obtener con el proyecto.

Asimismo, documentar las intervenciones históricas y modernas realizadas actualmente y además descubrir el estado de deterioro que presenta la misma.

"Detectamos que la fachada este en específico, había sido intervenida en diferentes ocasiones y esas intervenciones se podían detectar a través de los procedimientos y materiales que se habían utilizado. Muchos de ellos habían perjudicado a largo plazo parte de la fachada", comentó Alonzo.

¡El Templo Rosalila estará en un formato digital!

Por su parte, el arqueólogo hondureño, Ricardo Agurcia Fasquelle, comentó que es increíble el hecho que varios expertos estén compartiendo sus conocimientos en Honduras.

Asimismo, destacó la importancia que tiene la conservación del templo utilizando tecnología de punta con los mejores especialistas en el tema.

"También estamos trabajando con la Universidad de Nebrasca, (Estados Unidos) un levantamiento de vigas... es un radar de detección de luz que básicamente nos ha permitido hacer un mapa completo de Rosalila y crear una réplica tridimensional con detalles minimétricos", comentó Agurcia.

Es decir, que cuando se termine el trabajo y si el templo se cae se tendrá una réplica exacta en formato digital del templo Rosalila. Dicho proyecto se inició a realizar hace un año, sin embargo se suspendió por la llegada del covid-19 a Honduras, según el arqueólogo.

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