La tripofobia es repugnación o miedo a los grupos de pequeños agujeros o patrones muy juntos, como los que se pueden apreciar en una colmena de abejas o el interior de ciertas frutas.

Cuando las personas llegan a ver estas imágenes inmediatamente sienten una reacción de rechazo, miedo o asco, a tal punto que les provoca fuertes ganas de vomitar.

Los primeros informes datan desde el 2005 y a lo largo de los años en debate entre la comunidad científica se mantiene vigente si la tripopofobia es o no una condición genuina.

Sin embargo, no se reconoció como un diagnóstico distinto en la quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría.

Síntomas

La tripofobia se podría describir como “miedo a los agujeros”, pero es importante tener en cuenta que puede aplicarse a las figuras geométricas o patrones a esta.

Las siguientes imágenes pueden provocar reacciones diversas entre las que se menciona el rechazo, nauseas, picazón, sudoración e incluso hasta llegar a los ataques de pánico.

Aunque el miedo es uno de los síntomas comunes, el asco a menudo se describe como la emoción abrumadora que las personas sienten con esta fobia. La tripofobia también tiende a ser muy visual.

En algunos objetos en la vida diaria podemos encontrar estos patrones como los puntos en las fresas, los ojos de los insectos, agujeros en la carne, las esponjas de mar; por citar algunos.

¿Qué provoca la tripofobia?

Suele ser generada por asociaciones a animales peligrosos, patógenos infecciosos o trastornos. 

La asociación con animales peligrosos es debido a que el inconsciente suele relacionar las figuras geométricas agrupadas con los patrones de piel y pelaje de algunos animales venenosos. 

Mientras que la asociación a patógenos infecciosos se debe a que los patrones de las figuras geométricas agrupadas con los patógenos transmitidos por la piel provocan sentimientos de comezón y hormigueo en la piel al observar dichos patrones.

La asociación con trastornos es debido a que las personas con tripofobia también tienden a experimentar síntomas de ansiedad y depresión, lo que lleva a alteraciones funcionales en la vida diaria. 

Tratamiento

Aunque no se ha demostrado un tratamiento que sea totalmente efectivo se pueden citar:

La terapia de exposición, que implica exponer a una persona progresivamente frente a un objeto o imagen que le reaccione miedo o alguno de los síntomas, con el fin de disminuir la tripofobia.

La terapia cognitiva conductual (TCC), implica trabajar con un terapeuta para cambiar los pensamientos y comportamientos subyacentes que pueden contribuir a disminuir la fobia.

También, existen técnicas de relajación que pueden ser útiles para reducir los sentimientos de asco, miedo o ansiedad.

  La observación implica representar imágenes o situaciones relajantes. Una persona con tripofobia podría tratar de imaginar alguna situación agradable cada vez que encuentre algo cubierto con pequeños agujeros.