Algo que hay que tener muy en cuenta es que la vacuna contra el coronavirus no estará disponible para todos en un principio y el proceso de distribución podría extenderse durante varios años, según estimaciones.

El director de Análisis y Desarrollo del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y miembro del consejo de dirección de Gavi (la alianza global para la vacunación), Rafael Vilasanjuan, explicó que de momento la capacidad de producción mundial es de 2 mil millones de dosis por año.

De momento la población mundial llega a 7 mil 500 millones de personas por lo que hay una “igualdad de riesgo”, admite el experto aunque prevé que algunos países se verán más afectados que otros por su situación económica y logística gubernamental.

En un plano positivo, se podrían tener hasta 250 millones de dosis de vacunas por mes si se aumenta la fabricación de la misma.

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¿Qué pasaría luego?

Según la iniciativa internacional Covax facility, que busca facilitar el acceso mundial a las dosis, en el momento en que la vacuna esté lista cada nación del mundo recibiría el 20 por ciento de dosis correspondiente a su población.

Por lo que el país tiene que pagar por adelantado ese 20 por ciento y así incentiva a la producción en función de sus recursos y asegura la cantidad de dosis, señala El País. El objetivo es que sea de la manera más equitativa posible.

¿Quiénes la recibirían primero?

A pesar de que aún existen dudas sobre quienes la recibirían en primera instancia, los expertos están de acuerdo que los primeros serían las personas de primera línea, el personal sanitario.

También hay quienes consideran que lo primordial sería vacunar a personas mayores de 60 años o con enfermedades previas, como ser diabetes e hipertensión. Otros sugieren que los niños, tomando en cuenta que volverán a las escuelas y colegios, y su inmunización evitaría contagios.

 “Todo dependerá de la vacuna que esté disponible. Quizás unas tengan mayor impacto en una población que no sea las personas de tercera edad o generen diferentes tipos de inmunidad. Ahí, las estrategias divergen”, subraya el especialista.

Sumado a ello, otro grupo sostiene que los primeros podrían ser aquellos que brindan servicios esenciales como ser trabajadores de supermercados, bancos, farmacias y demás labores relacionadas con la primera necesidad.

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