Una zona de baja presión ubicada sobre el mar Caribe ha alcanzado en las últimas horas un 90 por ciento de probabilidades de convertirse en una tormenta tropical que estaría dejando lluvias en el área centroamericana, recientemente golpeada tras el paso del huracán Julia, alertaron expertos este domingo.

De acuerdo a la Agencia de Meteorología de Yucatán, México, se ha incrementado a un 90% la probabilidad de formación ciclónica en el Caribe, la cual se llamaría Lisa.

"La tormenta tropical Lisa se formaría en las próximas horas y podría llegar como huracán a Belice", informó Juan Antonio Palma Solís, coordinador de la Agencia de Meteorología de Yucatán.

Lisa pondría en alerta a la zona norte de Centroamérica y sur de la Península de Yucatán, por su posible impacto en esa zona a mediados de esta semana.

Según el Centro Nacional de Huracanes (NHC, en inglés) de Estados Unidos, el potencial ciclón tropical 15 se localiza actualmente a 435 kilómetros al sureste de Kingston, en Jamaica.

Actualmente registra vientos máximos de 65 kilómetros por hora y se mueve al noroeste de Centroamérica a 17 kilómetros por hora.

Se esperan lluvias en Honduras

Por su parte, el experto en cambio climático de Honduras, César Quintanilla, indicó que el disturbio en el Caribe central continúa organizándose mejor y el desarrollo de una depresión o tormenta tropical es inminente.

"La buena noticia es que continúa moviéndose en una latitud más alta, lo que evitaría un impacto directo sobre Honduras", mencionó Quintanilla.

El último ciclón en la cuenca atlántica en esta temporada, que termina el 30 de noviembre, fue Karl, una tormenta tropical que azotó a mitad de octubre la costa mexicana del Golfo de México.

Ian, el cuarto huracán de 2022, desde su formación en el centro del Caribe en septiembre pasado, dejó destrucción especialmente en el oeste de Cuba y Florida, Estados Unidos, donde cruzó de oeste a este la península para alcanzar el Atlántico.

Ian tocó tierra en el suroeste de Florida el 28 de septiembre como un huracán de categoría 4 en la escala Saffir-Simpson, de un máximo de 5, y causó 119 muertes y millones de dólares en daños materiales en el estado sureño.

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