Sor María Rosa, una hondureña con un espíritu solidario, lleno de entrega, sacrifico y calidad humana, marcó la vida de niños que hoy son profesionales de bien. Aunque ya goza del descanso eterno, su legado jamás se olvidará, ni desaparecerá.

Sor María dedicó su vida a rescatar niños y madres solteras en riesgo social, y más de 100 mil menores estarán eternamente agradecidos, continuando con su organización, la obra “Amigos de los Niños”.

“Sin duda fue una mujer que vivió el evangelio a plenitud, ha muerto con olor a santidad”, comenta el padre Juan Ángel López, representante de la Conferencia Episcopal en Honduras.

También, muchos beneficiarios siguen agradeciendo la enorme ayuda que Sor María Rosa hizo por ellos. “En mi caso, yo no sé qué sería de mi vida en estos momentos, no sé si andaría en drogas o estaría muerto, pero al momento de llegar aquí (a la obra "Amigos de los Niños") fue una gran oportunidad gracias a Sor María Rosa” confirma José Vásquez, beneficiario de la obra.

El legado de Sor María Rosa seguirá presente ya que ella dejó fundado "Hogares residenciales",El Hospital Santa Rosa de Lima, que atiende alrededor de 3,500 personas al año.

En la parte educativa, tanto en Tegucigalpa como en Morocelí, tiene un colegio que ala vez es kínder y guardería.

“Estas obras serán por siempre, rendirle tributo a quien era y siempre será nuestra madre”, agrega Sonia Erazo, beneficiaria y educadora de la fundación.

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