La población hondureña está cada vez más expuesta a agresiones y amenazas digitales, con un aumento del 500% en denuncias por ciberdelitos entre 2018 y 2020.

Aunque la era digital ha mejorado la calidad de vida, también ha incrementado el riesgo de que los cibercrímenes afecten a las personas.

Delincuentes cometen estos delitos, que incluyen fraudes, robo de identidades y violaciones de datos, mediante redes informáticas y dispositivos conectados a Internet.

El ciberdelito puede surgir a través de estafas en línea, como la compra de bienes o servicios que nunca se entregan, y los ataques pueden incluir phishing para obtener credenciales bancarias.

A nivel global, se calcula que los ciberdelitos alcanzaron los 12.500 millones de dólares en 2023, afectando tanto a empresas como a individuos. El aumento de usuarios de Internet y el envío masivo de correos electrónicos han abierto más ventanas de vulnerabilidad. Los expertos recomiendan usar contraseñas seguras, equipos y software legales, y verificar la procedencia de correos electrónicos y mensajes sospechosos.

En Honduras, se han registrado 47 denuncias de ciberdelitos en los primeros siete meses de 2024, la mayoría relacionadas con acceso no autorizado a sistemas informáticos.

Aunque el nuevo Código Penal contempla una ley marco de ciberseguridad, las penas actuales no superan los tres años de cárcel, y la legislación aún está en proceso de aprobación en el Congreso Nacional. Es esencial adoptar medidas proactivas para protegerse y educarse sobre ciberseguridad para prevenir y enfrentar estos delitos.