El rapero y productor Sean “P. Diddy” Combs celebró su cumpleaños número 55 este lunes 4 de noviembre, en una situación muy distinta a los fastuosos eventos a los que estaba acostumbrado.

Esta vez, Diddy pasó el día tras las rejas en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn, Nueva York, donde permanece detenido sin derecho a fianza a la espera de un juicio que enfrentará en mayo del próximo año por múltiples acusaciones de delitos sexuales y otros cargos graves.

Un cumpleaños alejado de la opulencia

En el pasado, Diddy era conocido por sus extravagantes fiestas de cumpleaños que reunían a la élite del mundo del espectáculo.

Para sus 50 años, en 2019, organizó una fiesta en su mansión de Beverly Hills, California, a la que asistieron figuras como Beyoncé, Jay-Z, Kim Kardashian, Pharrell y Post Malone.

En esa ocasión, la celebración estuvo cargada de glamour y de invitados de renombre, en una muestra de su influencia en la industria. Sin embargo, los recientes cargos en su contra han cambiado radicalmente su vida y sus festejos.

Una celebración modesta y diferente

Este año, lejos del lujo, Diddy recibió como comida de cumpleaños pizza y pastel en la prisión.

Sus hijos le enviaron mensajes de cariño, con los que le expresaron su apoyo y recordaron mejores tiempos, aunque la situación actual del rapero ha puesto distancia en su contacto con ellos y con el resto de sus seres queridos.

Las acusaciones que marcan su presente

Las acusaciones en contra de P. Diddy incluyen cargos de conspiración, tráfico sexual, extorsión y coacción, y han implicado a varias personalidades del mundo del entretenimiento que asistían a sus famosas fiestas “Freak Off”, eventos que, según las demandas recientes, habrían sido el escenario de presuntos abusos y delitos de todo tipo.

Las acusaciones abarcan un periodo de casi dos décadas, con testimonios de exguardias de seguridad, debutantes en la industria e incluso menores de edad que aseguran haber sido víctimas de abuso en estas reuniones.

La espera del juicio

P. Diddy permanece en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn sin fianza, en espera de su juicio programado para mayo del próximo año.

El caso, que ha atraído una gran atención mediática, continúa sumando nuevos demandantes y generando interés sobre el oscuro pasado de las fiestas de una de las figuras más influyentes del hip-hop.

A sus 55 años, la vida de Sean Combs enfrenta un giro inesperado, y su defensa mantiene su declaración de inocencia ante cargos que podrían cambiar su vida para siempre.