Publicado 6 Feb. 2025
Por: Fernanda Rodríguez
Jem-K explicó que, aunque ha cometido errores, ha aprendido de ellos y ha dedicado su tiempo en prisión a formarse académicamente.
Publicado 6 Feb. 2025
Por: Fernanda Rodríguez
¿Quién es Jem-K, el preso hondureño en EE.UU? Gerson Bladimir Ayala, conocido en redes sociales como Jem-K, es un hondureño que ha estado en prisión en los Estados Unidos durante 16 años.
Cumple una condena de 20 años por robo, pero ha utilizado su tiempo tras las rejas para adquirir una sólida formación académica, obteniendo dos títulos universitarios.
A pesar de las dificultades que ha enfrentado, Jem-K sigue firme en su deseo de reintegrarse a la sociedad, trabajando para transformar su vida y servir de ejemplo para otros jóvenes.
Recientemente, Jem-K aprovechó la atención que le brindó el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, para hacer un llamado de auxilio.
El mandatario salvadoreño había compartido un video del reo en el que este alababa las políticas de seguridad implementadas por Bukele, en especial las relativas al trato con Donald Trump sobre el traslado de presos. Bukele, al ver la opinión de Jem-K, escribió en sus redes sociales:
"Ironías de la vida: un preso lo entendió mejor que el club de expertos en todo y los que se quejan hasta porque se les arreglan los hospitales".
Esta mención pública generó una reacción inmediata de Jem-K, quien vio una oportunidad para interceder por su libertad.
A través de sus redes sociales, el hondureño pidió ayuda directamente a Bukele, solicitando que intercediera por él y hable con el presidente Trump para que su condena sea perdonada.
"Ya vi que me compartió el presidente de El Salvador. Díganle que me ayude a salir de aquí", expresó.
A pesar de su condena, Jem-K ha usado su tiempo en prisión para estudiar y obtener dos carreras universitarias, incluida una licenciatura en Administración de Empresas de la Universidad de Alban en Nueva York.
En su mensaje a Bukele, el preso destacó que su intención es reintegrarse a la sociedad y trabajar con los jóvenes, enseñándoles sobre el bien y el mal desde temprana edad para evitar que sigan su mismo camino.
Jem-K subrayó que, aunque cometió un delito, no fue por actos de violencia, sino por robo, y que está dispuesto a pagar por su error.
Aseguró que está listo para ayudar a otros a evitar el mismo destino, ofreciendo sus conocimientos y experiencias a las nuevas generaciones.
En su mensaje final, Jem-K también hizo un llamado a los jóvenes de su país y del mundo: "Chicos, no vengan para acá", advirtiendo sobre las consecuencias de tomar decisiones equivocadas.
Su historia es un claro ejemplo de cómo las circunstancias no definen el destino de una persona, y de cómo, incluso en las peores condiciones, es posible cambiar y hacer el bien.
Jem-K sigue luchando por una oportunidad de reintegrarse a la sociedad y utilizar sus estudios y conocimientos en beneficio de la comunidad, esperando que su solicitud de ayuda sea escuchada.