Un encuentro con su ídolo terminó con una dolorosa consecuencia. Una fan de Romeo Santos y Aventura, besó al artista en un concierto y, horas después, anunció el fin de su matrimonio de diez años.

Una fanática de Aventura, especialmente de Romeo Santos, vivió una experiencia que jamás imaginó, pero que, lamentablemente, le costó más de lo que esperaba.

Miriam Cruz, quien asistió a un concierto del reconocido grupo de bachata, fue una de las afortunadas que subió al escenario con la ilusión de cantar junto al artista.

El beso con Romeo Santos que acabó con un matrimonio

Durante el evento, Miriam fue elegida para un momento muy especial en el que, en un arrebato de emoción, besó a Romeo Santos en la boca, lo que desató el delirio del público.

Pero la alegría del instante pronto se tornó en tristeza. Horas después, Miriam sorprendió a todos sus seguidores al anunciar en su cuenta de Instagram que su matrimonio de una década había llegado a su fin.

Pide perdón a su expareja:

En un conmovedor mensaje, Miriam expresó su arrepentimiento y la tristeza que le causó la ruptura".

Tengo que reconocer que este logro tuvo un costo muy alto: la ruptura de mi matrimonio de 10 años", comenzó.

"Me dejé llevar por los nervios y la emoción, sin medir cómo esto podría afectar a mi familia. Hoy me invade una profunda tristeza al darme cuenta del impacto que ocasioné".

Miriam, visiblemente afectada por las consecuencias de su acto, hizo un llamado a la responsabilidad. "Quiero aprovechar este espacio para pedirle disculpas públicas a mi expareja", escribió, refiriéndose al padre de sus hijos.

"Sé que los videos llegaron a sus manos, y lamento profundamente el malestar que esto le provocó. De corazón, lo siento mucho. Nunca fue mi intención herirlo".

La joven también expresó su deseo de que, a pesar de la separación, la paz y el amor reinen en la vida de su expareja y sus hijos. "Ojalá que algún día pueda perdonar el mal momento y, aunque ya no estemos juntos, la paz, el amor y la unión no les falte a nuestros hijos", concluyó.

Este insólito episodio subraya cómo un simple gesto, impulsado por la emoción de conocer a una figura admirada, puede tener repercusiones que cambian el curso de la vida personal de una persona.