Ya sea con una bola de calcetines, pelota de plástico o hasta una caja, estos entrevistados han revelado que tuvieron una conexión profunda con el fútbol.

Nelson Muñoz, capitán del Real de Minas, dijo que su primer partido jugaba en las tardes desde que tenía cuatro años en un pequeño campo en un barrio de la capital hondureña.

Al crecer en Pespire, jugaba las potras descalzo, siendo una etapa bonita, según sus palabras.

Mientras que Dylan Andrade defensa del Honduras Progreso relató que la manera en que lo amenazaban de realizar los deberes escolares era prohibiéndole a jugar fútbol, por lo que se esforzaba para poder siempre salir a disfrutar del deporte rey.

Finalmente, Jairo Puerto, manifestó que el jugar fútbol desde muy joven era lo que más le gustaba hacer.

Su pasión era tal que llegaba a la escuela a las seis de la mañana a la escuela para armar la potra con los compañeros, que continuaban en el recreo y finalizaban a la hora de salir.