La hermosa trama de amor que envuelve a Don Luis y Doña Gloria ha demostrado que los corazones pueden encontrar el amor en cualquier etapa de la vida.

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Gloria Molina, una mujer conocida por su dedicación a la venta de tortillas en el barrio San Rafael, se convirtió en un faro de atracción para Don Luis, quien transitaba su camino cotidiano hacia la aldea de Sincuyapa, cruzando el barrio en sus visitas a la ciudad.

El flechazo de amor fue instantáneo cuando Don Luis observó la rutina diaria de Gloria Molina. Aquel momento marcó el inicio de una historia de profundos sentimientos. Desde entonces, Don Luis se convirtió en un cliente recurrente en el negocio de Doña Gloria.

Aunque en principio compraba tortillas hasta en cuatro ocasiones al día, su motivo era claro: cada visita era una oportunidad de admirar a la mujer que había cautivado su corazón.

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"Hasta cuatro veces al día compraba tortillas, solo para verla a ella", confesó Don Luis durante una entrevista con un representante de la municipalidad. Esta acción es un testimonio vivo de que el amor puede despertar emociones inesperadas y llevar a gestos que trascienden las palabras.

La historia de Don Luis Salgado y Gloria Molina es un recordatorio de que el amor puede florecer en los lugares más comunes y en las circunstancias más simples, mostrándonos que cada momento puede ser el adecuado para escribir un capítulo inolvidable en la novela de nuestras vidas.

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