La Gran Tamaleada, llevada a cabo en Ventu Life Center el sábado 2 de noviembre de 2024, fue mucho más que un evento; fue una celebración comunitaria que dio inicio a la temporada navideña.

Gracias a Maseca, más de 3,000 tamales fueron preparados y compartidos, regalando a cada asistente un momento único de unión y alegría familiar. Polache, el reconocido artista hondureño, nos hizo bailar y disfrutar con su música, elevando el ambiente festivo y contagiando a todos con su energía.

Descubre cómo se vivió esta increíble celebración

El evento fue un rotundo éxito gracias al apoyo de Maseca, que hizo posible la preparación de deliciosos tamales, un plato emblemático cargado de tradición, que representa el alma culinaria de nuestro país, especialmente en esta temporada navideña.

Desde temprano, familias y amigos se reunieron para disfrutar del ambiente festivo que reinaba en el lugar. Risas, música y el inconfundible aroma de tamales recién hechos llenaron el espacio, creando una experiencia única. Además, celebramos que el inicio de la Navidad se hace a mano, porque damos amor con las manos: envolvemos un tamal, un regalo, y compartimos con quienes amamos.

¡Mira los irresistibles tamales de Maseca!

Dentro de La Gran Tamaleada, diferentes emprendedoras tamaleras compartieron su talento, y el evento también contó con cuatro emprendedoras que vendían productos hechos a mano, destacando la dedicación y el trabajo artesanal. La decoración del lugar fue una obra de arte en sí, con arbolitos de Navidad y detalles elaborados a mano, reflejando la calidez y creatividad de la comunidad.

Hubo una sección especial para niños donde todas las actividades se hacían con las manos, fomentando la diversión y la creatividad de los más pequeños.

Más que una degustación, La Gran Tamaleada fue una invitación a compartir y celebrar las tradiciones que nos conectan. El evento resaltó la esencia de la Navidad: estar rodeados de seres queridos, compartir alimentos tradicionales y crear recuerdos imborrables. Para todos los presentes, la respuesta fue clara cuando se preguntó cuál es la mejor parte de la Navidad: no hay nada como comer y compartir en familia un tamal de Maseca.